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Al realizarse
éste proyecto no sin razón nos cuestionamos
las siguientes preguntas, a fin de encontrar sentido a nuestro
esfuerzo en plasmar lo
que a priori fueran unas ideas y unos planos, para transformarlos en
la “Villa Romana
del Río Guadaiza”; y con un propósito informativo: nuestra villa
es FICTICIA.
En un primer
término nos plateamos: ¿Qué hemos construido? Y, ¿Por qué? La respuesta no es
tan sencilla como en un primer término pudiese parecer. Por un lado cabe la decir que hemos construido una villa romana, la de rio “Guadaiza”,
ubicada en la calle
Juan Illesca Pavón, en el término municipal de San Pedro Alcántara
en pos de credz un
“doble” a la verdadera, la del rio Verde, apodada en tiempos del
Imperio Romano, “Villa
del Río Salduba”.
Nuestra villa
fue bautizada así, porque la construimos para anexionarla al Belén
de nuestro centro
educativo, el IES Guadaiza, dado el gran interés que sentía en la elaboración de
nuestro trabajo.
Además, en su
construcción pretendíamos conocer las costumbres y la vida
cotidiana en la Antigua
Roma (empezamos por aquí dado que es un tema cercano y una atractiva
introducción a un mundo más complejo). También queríamos conocer
la historia de la
villa de Río Verde, y sobre todo a fin de cuentas como se trata de
la materia de
Tecnología, las técnicas de construcción romanas, (su impresionante ingeniería,
que siempre maravilló a ilustradores e investigadores) que
pretendíamos reproducir en
nuestra villa de la manera más fiel posible.
Además con
este trabajo hemos fusionado el temario del curso (los materiales, madera y
metales, las técnicas de construcción, etcétera) mediante un
difícil enlace, el de un PROYECTO.
En él se pone
en práctica la capacidad de coordinación de profesores y alumnos y
el esmero de
dedicación que cada uno de nosotros ha puesto para lograr un
objetivo común: NUESTRA
VILLA.
Valiendo al
inicio del escrito ha de saberse que la villa del Río Verde fue
descubierta por D. Carlos
Posan Mon y D. Fernando en 1960. El periodo de
actividad de la villa fue desde el villaje (que fue la época de
máximo esplendor del
Imperio Romano, tanto económicos como culturalmente, conocido como la PAX
ROMANA y que abarca hasta el siglo II).
Dedicados en la
villa de garum (salsa de pescado que se comercializaba por todo el Imperio) y al
Murex (elaboración del color púrpura para teñir prendas textiles a
partir de la cocha de
un molusco) la villa sufrió un incendio a mediados del S.II y se reconstruyó.
Ya a finales del S.IV (350 d.C) fue víctima de un terremoto que se
dejó sentir en toda
la comanda y debido a ello y a la incursión del pueblo visigodo
(declive del imperio, no
fue reconstruida). Hoy día se conservan muy pocos restos de la villa debido a que se
hallan entre las casas de una urbanización de lujo. Cabe la
posibilidad de que dichos
edificios fueron construidos sobre parte de las ruinas. Se conservan pocos
documentos escritos del día a día en la villa, aunque en las
paredes de la edificación
romana se dejó constancia con pinturas que describían la vida
cotidiana.
Por otro lado
se nos plantea el: ¿Cómo lo hemos construido? El proceso no
ha sido fácil, pero ha merecido la pena. Cierto es que la estructura inicial no la
realizó mi mesa de trabajo, pero sí el costoso trabajo de recortar
y moldear varias
veces los soportes de las columnas con “porexpan” de alta
densidad, que no es muy
moldeable. Pegados con "Aguaplast” para darle estabilidad, mejorando la
técnica, ya que una de las paredes fue dañada por el uso de
pegamento equivoco.
El tejado fue
pintado con tonalidades marrones elaboradas por nosotros mismos. Las tejas,
fabricadas por las capas separadas de un cartón ondulado, hicieron
el modo de teja romana,
caracterizada por su ondulación. Más tarde se detallaron dándoles
a las tejas sensación
de volumen y antigüedad mediante degradaciones de color.
Impreso de
Imágenes de Internet pegamos en el suelo del patio un mosaico que contenía la
cabeza de Gorgona (Medusa), personaje perteneciente a la mitología grecorromana,
símbolo de la riqueza y de la buena suerte; y tras recubrir la construcción
en varias manos con cola, (para protegerla de posibles
“descascarilles” y tapar
desperfectos). Fotografiamos la villa, para más tarde incluir fotos
en el cuaderno de
proyectos, que pretende dejar constancia de nuestro trabajo.
En conclusión,
y tras conocer que nuestra villa, junto con el resto del Belén,
quedó finalista en el
concurso de Belenes celebrado las pasadas Navidades, creemos que es el momento
apropiado de ensalzar y exponer nuestro trabajo, dando a conocer las razones de la
elaboración del mismo.
En San Pedro
Alcántara, 21 de Enero 2013
Esther Martín
Sánchez 2ºA.